El número de ejemplares es irrelevante, ojalá las bibliotecas pudieran tener también un número ilimitado de ellos. Lo que no se puede hacer es ver como inconveniente algo que es justamente una ventaja. Yo también pago por el ePub que leo, lo cual no quita para que después no pueda pasárselo a quien yo quiera, por lo que también hay dinero (y hay muchos estudios al respecto que dicen que el libre intercambio acaba generando más dinero para los autores que la venta cerrada con DRM). Y sinceramente espero que en las bibliotecas no guarden un registro de libros prestados asociado con los DNIs, porque eso sí que sería una ilegalidad del copón (tremenda patada en los cojones a la LOPD). Es la primera vez que oigo a alguien quejarse de que le cambien los estilos a los ePubs, sinceramente me parece de chiste.
Y nuevamente a llamar las cosas como no son. La falsificación y el contrabando son delitos, el préstamo (o la descarga) de libros no.
